*En la vereda profesores y alumnos de la institución educativa departamental Euclides Lizarazo dieron una lección de patriotismo.

No importa el lugar, la situación, las limitaciones, los problemas, el amor a la patria nace y florece, donde sea, ese es el ejemplo que 20 niños estudiantes del grado preescolar a quinto de primaria, INEDEL dieron ayer 7 de agosto.

Los profesores Margith Van-Strhalen y Gustavo Casalins, llegaron como siempre muy temprano luego de atravesar el campo que los lleva del casco urbano hasta esta querida vereda, en Mengajo, estaban listos y emocionados sus alumnos sería un día muy especial, no era para las acostumbradas clases, había otras motivaciones.

Van-Strahlen y Casalins, con anticipación habían organizado la puesta en escena, “El 7 de agosto es una fecha de gran trascendencia histórica y cultural para Colombia, puesto que se celebra la Batalla de Boyacá, un evento clave en la lucha por la independencia del país”. Les dijeron a los alumnos con insistencia.

En su afán de construir en sus cabecitas un ideario de nuestra historia también les contaron a los niños. “Este enfrentamiento, que tuvo lugar en 1819, significó el comienzo del fin del dominio español en el territorio colombiano y se convirtió en uno de los pilares de la campaña libertadora liderada por Simón Bolívar”.

Atentos los niños se iban imaginando como sería una batalla como esa, más cuando en sus alrededores el campo les da la oportunidad de recrear una similar.

“Niños, sepan que en el conflicto, librado en el Puente de Boyacá, cerca de Tunja, se enfrentó al ejército independentista comandado por Bolívar contra las fuerzas realistas españolas. La estrategia militar de Bolívar, calificada como una obra maestra, junto con la valentía de sus soldados, llevó a la victoria de los patriotas y a la captura de los líderes realistas, debilitando significativamente el poder español en la región”. Explicó la seño Margith

A lo que agregó el profesor Gustavo Casalins. “La lucha por la independencia en América Latina tomó impulso a principios del siglo XIX, claramente influenciada por eventos internacionales como la Revolución Francesa y las Guerras de Independencia en los Estados Unidos. En el caso de Colombia, el movimiento independentista se formalizó con el Grito de Independencia el 20 de julio de 1810 en Bogotá”.

Con todo lo dicho solo quedaba que ayer 7 de agosto, los niños se enfundaron en vestimentas de la época, se convirtieran en soldados batalladores y guerreros, en dos grupos se tomara la fotografía de una lucha vivida hace muchos años, pero que, en Mengajo, ha renacido con un valor superlativo que sin duda es un gran ejemplo, de enseñanza, de educación en medio de las dificultades, de la lucha por romper las cadenas de la ignorancia, un grito de libertad en honor a Margith y el profe Gustavo.