*Este domingo 25 de agosto regresa uno de los eventos culturales y gastronómicos más emblemáticos del histórico sector de Santa Marta.   

Carlos Mattos, un verdadero activo cultural mamatoquero, me envía una lámina de invitación en donde muestra que el Festival del Bollo Tres Puntá, está de vuelta, el afiche dice que el periodista Víctor Polo Rodríguez, será el moderador de un conversatorio académico y dentro del panel está el secretario de Desarrollo Económico de la ciudad Carlos José Jaramillo.

Hay tres invitados más la joven concejal Gina Sarmiento, la esposa del alcalde y gestora social Bleidis Pérez y el escritor del barrio Alberto Prado, pero vamos a devolvernos a Carlos José Jaramillo, de quien me cuentan vive en Mamatoco su suegra a donde días pasados antes de entrar a la casa vivió lo que miles de samarios a diario, fue víctima de un atraco a mano armada por sujetos motorizados.

Un atraco en cualquier lugar de Santa Marta es lamentable, pero si es en Mamatoco, es una verdadera afrenta social, estos ladronzuelos, no tienen idea que tocan terreno sagrado, e ignoran que de nuestros antepasados, fue la raza mamatoquera, la primera en su malicia indígena, la que aceptó, que en vez de confrontación y violencia, era mejor convivir con la intromisión española, el hijo de Mamatoco por esencia es sabio y prudente.

Desde Pedrarias Dávila, por allá en el año de 1514, mucho antes de la fundación misma de la capital Santa Marta. Ya Mamatoco se metía en el corazón de la gente, el   nombre Mamatoco es tanto toponimia como antroponimia, lo primero refiriéndose al lugar y lo otro a las personas. Los españoles algunas veces se referían a uno que otro cacique, de tal manera que Mamatoco fue el más impactante hasta nuestros días. Cacique Mamatoco.

El cacique se revuelca en su tumba al ver la realidad de hoy, se tiene una estación de Policía, con más cara de cementerio de motocicletas, un puesto de salud otrora orgullo de todos inexistente, ¡es que han cambiado muchas cosas y para mal! Dice en tono de lamento la señora Sierra, una espigada y elegante mujer de una de las familias más tradicionales del barrio.

Llamarle barrio a Mamatoco también suena a afrenta, su historia es demasiado rica y debería ostentar el nombre de ‘Distrito Especial’, ‘Zona Histórica’, en fin, algo que señale que este lugar mágico, de frondosas bongas, de clima excepcional para combatir el calor, de forasteros ilustres que llegaron a habitarlo para quererlo y respetarlo como doña Ana Cecilia, la señora Chila. No hay duda Mamatoco, debe cuidársele y que su paz, su calma, su tranquilidad, no sea motivo de acción de los violentos, de los delincuentes, de los criminales, porque este desde hace decenas, cientos de años, es un territorio de paz y armonía, de casas grandes que dan hasta la otra casa en donde de seguro te espera un tinto en las mañanas.

Mamatoco es un territorio que abarca hasta la Hacienda San Pedro Alejandrino, porque está construida dentro del territorio ancestral de los indios Mamatocos, un territorio que hasta los mismos españoles reconocieron cuando fijaron unas áreas protegidas para los indígenas denominados resguardos, los cuales tenían un perímetro que era tierra y el rey reconocía como propiedad de los indígenas y que no debería ser violentada e invadida. Hoy a menudo quieren violentarla jóvenes atracadores, drogadictos y asesinos.

Que sepan ellos que Mamatoco también está relacionado con la historia del Libertador Simón Bolívar, cuando llega a Santa Marta el 1 de diciembre de 1830 luego de haber hecho toda una travesía desde Santa Fe de Bogotá. Antonio Núñez fue el último Cacique que existió en la historia de Los Mamatocos, condecorado como un héroe por la causa de la corona, Juan Pablo Murillo, después de vencer una revuelta liderada por el general Labatid en 1813.

Señores del gobierno, autoridades de las fuerzas del orden, Mamatoco este domingo tendrá su Festival del Bolló Tres Punta, luego vendrán fiestas como la de San Agatón, el padre Ramiro Núñez, no deja de sonar las campanas de la paz desde su antigua y hermosa iglesia, las familias como los Avendaño, los Núñez, los Duica,  Los Cabreras, Linero y Los Sierra, de generación en generación han luchado porque la armonía siga coqueteando con las brisas de las tardes mamatoqueras y así la historia siga teniendo testigos y fe. 

Denominado así por su forma geométrica, que evoca los tres picos de la Sierra Nevada de Santa Marta. Este singular producto tiene su propio festival y llega a la versión número XII.